Comprar un pascuero, montar un blog, tener churumbeles y crear un videojuego. Bueno, igual no es así, pero esto último es algo que se le pasa por la cabeza a cualquiera que lleve unos años dándole a las maquinitas. Hace unos días visité la sede del último evento promovido por la asociación MalagaJam donde se juntaron 250 valientes con la intención de crear juegos durante un fin de semana. Tal y como comenté en esta entrevista, eventos así son una oportunidad única para conocer a gente afín y poner a prueba tus aptitudes en un entorno creativo donde la motivación resulta contagiosa. Como era de esperar, a los pocos días me picó el gusanillo.
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Doom es eterno. No, en serio, su atemporalidad trasciende generaciones, revisiones y reinvenciones. Hay muy pocos juegos capaces de arraigar de tal forma en la cultura popular, y en el caso del juego de id Software, el haberse convertido en un icono (del pecado) en lo que a la creación de contenido por parte de la comunidad se refiere siempre fue su principal baza. En 1997, tan solo dos años después del lanzamiento de Ultimate Doom, John Carmack liberó el código fuente de las primeras entregas, y para el 99 se distribuyó con licencia GNU GPL. El resto es historia. Ingentes cantidades de source ports inundan la red desde entonces, así como herramientas para la creación de mapas que a la postre han ido ampliando las funcionalidades del primigenio Doom Engine aka id Tech 1 hasta hacerlo irreconocible. Tanto es así que ha servido de base para proyectos, tanto comerciales como amateur, que siguen surgiendo a día de hoy. No es de extrañar que cualquier ajeno pregunte si puede aguantar el tipo un motor para videojuegos de acción en primera persona casi 30 años después. Pues que a nadie le quepa duda.
Seguir leyendoA lo largo de los últimos años, los entusiastas de la retro-informática se las han apañado para poder revisitar en máquinas modernas el software que mamaron en su juventud. En el caso de los videojuegos clásicos para PC, proyectos como DOSBox nos han resuelto en parte la papeleta al permitir emular la mayoría de títulos que corrían sobre MS-DOS, mientras que otras iniciativas comerciales como GOG van un pasito más allá removiendo cielo y tierra para encontrar el código fuente de ciertos títulos en su camino por hacerlos funcionales en máquinas modernas por diversas vías. Aún así, hay un pequeño vacío que poco a poco va llenándose y que, para mucha gente, forma parte de sus raíces como videojugador.
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