Si me lo preguntas hace treinta años igual te digo que no, pero a estas alturas, aquello de que cualquiera puede crear videojuegos es una afirmación categórica. Ojo, hablo de crearlos, no de que sean buenos. Para lo primero, existen un sinfín de herramientas de diseño asistido que permiten plasmar digitalmente nuestras ideas sin tener que desgranar todos los pormenores de entornos de desarrollo integrado con solera como Unity, Godot o Unreal. Hablo de utilidades que agilizan los procesos asociados a la programación pura y dura para así poder centrarnos en el ámbito creativo en vez de devanarnos los sesos para entender por qué nuestro monigote no sube escaleras como debería.

Seguir leyendo