Hace unos meses, un amiguete me regaló su vieja Mega Drive 2 de la infancia (¡gracias, Eduardo!). Para corresponder a este gesto altruista, he decidido sortearla con fines benéficos. Para ello, he reacondicionado la consola limpiándola a fondo, arreglando algunos desperfectos y aplicando pequeñas modificaciones internas, amén de haber añadido varias cosillas al lote para que resulte atractivo a cualquiera que quiera rememorar sus años mozos con la icónica consolilla de SEGA.

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