A lo largo de los últimos años, los entusiastas de la retro-informática se las han apañado para poder revisitar en máquinas modernas el software que mamaron en su juventud. En el caso de los videojuegos clásicos para PC, proyectos como DOSBox nos han resuelto en parte la papeleta al permitir emular la mayoría de títulos que corrían sobre MS-DOS, mientras que otras iniciativas comerciales como GOG van un pasito más allá removiendo cielo y tierra para encontrar el código fuente de ciertos títulos en su camino por hacerlos funcionales en máquinas modernas por diversas vías. Aún así, hay un pequeño vacío que poco a poco va llenándose y que, para mucha gente, forma parte de sus raíces como videojugador.
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